Dicen que mientras hay vida hay esperanza y que la esperanza es lo último que se pierde. Y ciertamente si no tuviéramos esperanza la vida no tendría sentido. Ahora bien, ¿hasta que punto la llamada esperanza nos ciega? Sí, sucede que en muchas ocasiones vivimos esperando cosas que no necesariamente van a pasar porque no dependen de nosotros. Es difícil de aceptar, pero no siempre obtendremos lo que queremos.
Esto ocurre mayormente en las relaciones. Tenemos una expectativa de lo que debe ser la otra persona. Esperamos cambios en la otra parte que puede que jamás ocurran. Por ejemplo, va a ser más amoroso(a), detallista, dejará de pelear, no va a volver a beber, va a trabajar más, me pondrá en primer lugar, no volverá a ser infiel, etc. Resulta que en esta vida todo es posible cuando tenemos la determinación, pero no sé trata de lo que nosotros queremos, sino de lo que desea hacer la otra persona. Y la mayor parte de las veces, la otra parte no le interesa cambiar, se acomodó a esa forma de vida y no quiere salir de ahí.
Entonces, ¿qué puedes hacer? Pues realmente no se puede hacer mucho, pues no depende de ti. Lo que sí puedes hacer es evaluar si el comportamiento de esa otra persona afecta tu vida, no te permite crecer ni ser feliz. Si no estás dispuesto(a) a soportar lo que estás viviendo debes buscar ayuda, establecer los límites, poner los puntos claros y tomar las decisiones que sean necesarias para tu bienestar. Hay cosas que son insignificantes y puede que si hacemos una lista de los puntos a favor que tiene esa persona sean más que las debilidades. Entonces es importante poner todo en balanza. Sin embargo, cuando son más las cosas negativas o si es una sola cosa, pero te daña, es hora de seguir tu camino y decir adiós.
Leí un pensamiento que decía que el problema es que la mujer piensa que el hombre va a cambiar y el hombre piensa que la mujer jamás se va a ir. Creo que aplica también a la inversa. Puede que sea el hombre el que espera el cambio. La realidad es que debemos buscar ayuda y esa persona debe estar dispuesta a recibirla. Se deben establecer fechas concretas y dar un tiempo razonable para ver las mejoras, pero si no ocurre el cambio es tiempo de partir. No esperes a que cambie si no hay un compromiso genuino.
Me senti identificada con tu post porque hace unos años era de las que pensaba de esa manera, y muchas veces me dejaba tratar mal porque consideraba que no era merecedora de lo contrario. Hoy veo todo con ojos nuevos y soy de las que trata de empoderar a la mujer a no querer estar con nadie por evitar la soledad. Buen post
Qué bueno que pudiste romper con el ciclo. Muchas gracias por el comentario, linda semana.
Yo no se en qué consiste pero es cierta la frase, las mujeres muchas veces esperamos que la otra persona cambie cuando la hemos conocido con esa conducta. Tenemos la fantasia romantica de que cambiara por amor. Y no. La gente no cambia por otro, cambia cuando está convencido de corazón, pero no por complacer a otro. Es complicado el tema ¿verdad?
Mejor no se puede explicar, ese romanticismo puede venir de los cuentos de hadas donde al final todos viven felices por siempre. No crecemos, nos quedamos esperando el final feliz.
[…] bien que no son felices, pero siguen esperando que ocurra un milagro. Lamento decirte nuevamente no esperes a que cambie. No quiero ser pesimista, pero la realidad es que nadie cambia por otra persona. Así que cuidado […]