Un mundo convulso lleva a una vida acelerada y a una carrera sin fin. En ocasiones los afanes del día a día, la desesperación por lograr lo inalcanzable y tantas otras situaciones, asfixian y oprimen tu corazón.

Vivir para trabajar y correr agitado(a) sin tener una meta clara no es la mejor alternativa.  Nos vamos consumiendo y repercute en las distintas áreas de la vida.  Las palabras sobran cuando hablamos de dolor, sufrimiento, ansiedad y crisis, pero todos esos factores pueden terminar con el tesoro más preciado que nos ha regalado Dios.  Así que es hora de hacer un análisis.

Detente, reflexiona y entonces decide qué harás. Podemos pasar por la vida o decidir más que vivir. Hoy es el día para comenzar, lograr tus sueños y dejar un legado.  Te animo a que mires hacia nuevos horizontes sin perder la perspectiva y la razón de la vida.  Cada mañana es una oportunidad para crecer y alcanzar nuestras metas, no pierdas el tiempo y comienza ya.

No permitas que nada ni nadie afecte lo que te propongas.  Al iniciar el año hiciste unas resoluciones.  A mitad de año hay que ver qué se ha logrado y qué falta por hacer. Tal vez lo que te rodea no apoya tus planes.  Las noticias no son muy alentadoras a tu alrededor.  El mundo parece un barco a la derriba sin rumbo ni dirección.  Pero, tú no tienes que aceptar lo que ven tus ojos físicos.  Mira más allá y visualiza los resultados que quieres alcanzar.

Tú y nadie más que tú puedes hacer la diferencia y decirle adiós a un mundo convulso.